EL PAPA FRANCISCO EN LA APERTURA DEL JUBILEO
Descubrir la misericordia de Dios. Este ha sido el mensaje que el Papa ha enviado desde una plaza de San Pedro blindada por las fuertes medidas de seguridad.
Como vino reiterando desde sus primeros días como pontífice, Francisco recordó que se equivocan quienes piensan que Dios es un juez que castiga en lugar de un padre que espera con fervor ardiente que sus hijos vuelvan a Él.
FRANCISCO
"Entrar
por la puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del
Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno.
Es él quien nos busca, es Él quien sale a nuestro encuentro. Cuánta
ofensa se le hace a Dios y a su gracia cuando se afirma sobre todo que
los pecados son castigados por su juicio, en vez de anteponer que son
perdonados por su misericordia”.
El Papa también quiso recordar que hace 50 años se clausuró el Concilio Vaticano II,
un acontecimiento, dijo, que debe ser recordado como el momento en que
la Iglesia dejó de recluirse en sí misma y retomar su camino misionero.
FRANCISCO
"El Concilio fue un encuentro. Un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo”.
Como en las otras ocasiones especiales, Benedicto XVI
también aceptó la invitación del Papa Francisco y presenció el momento
culminante de la ceremonia: la apertura de la Puerta Santa.
Con
este gesto quedó inaugurado el Jubileo de la Misericordia. El Papa pasó
a través de ella y tras él, entre aplausos, su antecesor, Benedicto
XVI. Francisco concluyó la ceremonia desde la basílica, junto a
cardenales, obispos y demás concelebrantes.
La plaza de San Pedro se vistió de gala para la ocasión. Presidió la
ceremonia desde el balcón principal de la basílica este gran tapiz con
el logotipo del Jubileo: Misericordiosos como el Padre. Se calcula que
en total participaron más de 50.000 personas.
